top of page

CUMPLÍ 30 Y NO SUCEDIÓ NADA DE LO QUE HABÍA PLANEADO

Actualizado: 3 sept



“La crisis existencial más profunda de mi vida me llevó a preguntarme tantas cosas y a romper esquemas sociales que ni siquiera sabía que tenía”
“La crisis existencial más profunda de mi vida me llevó a preguntarme tantas cosas y a romper esquemas sociales que ni siquiera sabía que tenía”

Las semanas previas al 21 julio (mi cumpleaños) sentí una presión en el pecho y una frustración que me invadió. Ese día dejé sentirme grande por todo lo que soy y encarné la peor versión que podemos encarnar, la versión de todo eso que NO sos. Puede parecerte una tontería pero en mi cabeza era un abismo, un puñal que se clavaba fuerte.


A mis veinti tantos cuando todavía era una niña, me veía súper poderosa a los temidos 30. Por qué claro cuando tienes veinte los de treinta te parecen unos viejos, pero cuando realmente pisas los treinta te das cuenta que seguís siendo igual de pendejo, con la diferencia de que ya a está edad aprendiste algunas cosas. Por ejemplo a  no embriagarte y no perder el día siguiente de resaca, aprendiste a comer sin lactosa y sin gluten por qué te cae mal y sobre todo aprendiste a darte cuenta con que hombres ya no tenes que perder el tiempo. Aunque te entretengas un rato ya sabes cómo va a terminar todo.


En mi idea de vida a los treinta tendria casi diez años carrera exitosa con un puesto en algún hospital de renombre en Buenos Aires, tendría una casa, un gran hombre a mi lado y también estaría pensando en tener una familia. Había diseñado el ideal perfecto de vida, pobre ilusa le diría a esa Milu.


A mis treinta reales descubrí que el hospital no estaba hecho para mi, pero si la ayuda y la escucha hacia un otro. Ya no vivo en argentina, no  tengo al hombre soñado al lado mío pero si grandes historias que me ayudaron a evolucionar en mis relaciones y me mostraron quién era y quién quería ser. Tampoco estoy proyectando una familia, aunque pude entender que si la quiero y rendirme por primera vez a ese debate interno. No tengo una casa fija por qué me di cuenta que mi casa soy yo y mi hogar está donde decida estar. 


En fin, la idea que tenía de los treinta discrepa muchísimo a mi realidad, soy lo que nunca pensé ser y vivo como nunca pensé vivir, libre y fiel a mi.


 La gratitud que sentí al darme cuenta de en quien me había convertido se encargó de sacar ese puñal que dolía, también le hizo frente a la frustración que me generaba no ser quien desee ser.

Comentarios

Obtuvo 0 de 5 estrellas.
Aún no hay calificaciones

Agrega una calificación
bottom of page